Tenía pensado que hubiera un momento musical después del segundo párrafo, un espacio para que descansara el texto y luego volver para terminar con algo, que aún no sabía qué sería, si un tercer cacho o una despedida o las dos cosas...
Tenía pensado también que lo hiciera un pianista virtuoso. También lo podría haber pintado con el ratón. Pero quería primero imaginármelo y componerlo y éste es el momento que os comparto, mi rudimentaria técnica, sin corte para que sintáis el ambiente del estudio en el que pasamos horas y horas para unos segundos de canción.
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